27 de septiembre de 2006

La Iglesia en política, ¿vale la pena?

Empezando con el tema tengo que decir que no soy partidario de la intervención política de la Iglesia. Creo que ya hay demasiadas personas envueltas en la maraña política y tantos intereses mezclados, que no sería beneficioso ni para nosotros ni para ellos (miembros de la Iglesia).
Yo no me imagino a un obispo postulandose para diputado o a "Monseñor" saludando desde el balcón presidencial. Simplemente no estoy de acuerdo.
Los problemas políticos deben resolverse en el ámbito de la política, porque en este juego "los de afuera son de palo". La Iglesia bien podría acompañar con consejos, cartas o críticas constructivas, pero nunca involucrarse.
Creo que el problema principal es la falta de representatividad de los partidos políticos hacia la sociedad argentina, veo que hay una constante desconfianza. Esto no se soluciona confiando en los candidatos, como si fuera problema de la sociedad, sino con transparencia y honestidad por parte de los actores políticos. Son ellos los que tienen que demostrarle al país, a través de sus acciones y sus discursos, que realmente vale la pena votar por ellos, y que todavía vale la pena apostar por la política.
Para empezar a cambiar esta situación, con miras a una política más confiable y eficiente, primero hay que tener un modelo. La democracia podría ser un buen comienzo, si se logra pasar de la teoría a la práctica...porque son los hechos los que hacen la diferencia. Después es fundamental tener un claro objetivo, y que éste sea el mismo que persigue la sociedad, dejando de lado el éxito individual y tratando de no dejarse persuadir por el poder y la riqueza.
Y por último, para ser un buen político hay que tener paciencia, tanto para esperar los frutos de un buen gobierno como para aceptar las críticas de la oposición (por más insignificante que parezcan) y mantener siempre el diálogo fluido.
Nada más que eso...pero siempre es fácil decirlo.

Me parece que la justicia esta sumando puntos para que las personas comiencen a depositar su confianza en ella. Ahora, con la anulación de los indultos a Martinez de Oz (alias "el mago"), Videla y otros tantos. Realmente, creo que si Menem no los hubiera perdonado en su momento, esto no sería necesario, y ya estarían presos asesinos, secuestradores y demás lacra.
Pero esto no es todo. Mientras leía el diario UNO de Santa Fe, me sorprendí (bueno, no tanto) al leer que Menem decía que los indultos eran "irreversibles" y que hubiera preferido que también se condenaran a miembros de la "subversión". Deberían, y en esto estoy de acuerdo con el ex presidente (por primera y última vez), apresar a personas que participaron en ambos bandos: tanto militares como guerrilleros.
Después leí otra página en el mismo diario, y me encontré con un comentario referido a Bush. Parece que el único e irrepetible presidente de Estados Unidos quiere apelar a la violencia para interrogar a sus presos importados desde el Medio Oriente. Y en ese momento me imaginé a todos los militares, con sus picanas eléctricas o otros mecanismos de tortura con los que se manejaban en la Argentina. ¿Será que la violencia y la tortura nunca desaparecieron? ¿Algún día irán a desaparecer?
Y después quieren que prendan velas por las víctimas del 11 de septiempre...personas que votaron por la violencia, por el loco que manejaba a su país como si fuera un avión de juguete. Personas que en vez de terminar con el reinado de Bush, con sus estúpidas guerras y sus masacres casi a escondidas, apelaron al sentido común (si es que tenían...) y lo volvieron a votar. ¿No les suena conocido? Pero no crean que estoy justificando el atentado a las torres, porque dentro de ellas quizás había personas con hijos, con padres, con familia que no tenían por qué morir ese día. Como dice el dicho: "caen justos por pecadores".

6 de septiembre de 2006

Otra vez sopa...

Creo que la mayoría de las personas ha cambiado su manera de ver al presidente a partir de los disparatados discursos del ex piquetero D’elia. Cabe decir que este personaje no vino solo, sino que el mismo presidente fue quien lo mandó para boicotear, de alguna forma, el acto de Blumberg.
¡Ojo! No quiere decir que esté a favor de este último, sino que estoy criticando la postura del presidente al no medir sus actos. ¿Por qué D’elia esta entre las líneas del gobierno? Realmente, es un payaso de alto calibre, y no entiendo por qué es funcionario. Tampoco entiendo por qué Kirchner sigue siendo nuestro presidente…
Hablemos de Blumberg. Hay personas que dicen que quiere “hacer política usando el cadáver de su hijo” (Luis D’elia) y otros levantan odio porque ven en él al típico rico, que está manipulando a las personas en vista a sus propios intereses. Hablemos en serio, yo no creo que esté usando al hijo para meterse en un cargo público. ¿Qué clase de ser humano haría una cosa así? Además, todos hacemos política, desde el momento en que votamos, o cuando criticamos a un presidente o lo hacemos a través de una marcha…hasta yo estoy haciendo política ahora mismo.
Entonces, dejemos los prejuicios y las estupideces para otro momento, y hablemos un poco con la cabeza. Si Blumberg quiere entrar en un cargo público, bienvenido sea. Además, hay cada animal dando vueltas…
Por otro lado, creo que están equivocados en querer encarcelar hasta a los chicos de 10 años. ¿Qué sigue después? ¿Van a encarcelar también a los de 9, 8 y 7 años? La cuestión es hacer cumplir las leyes, es volver a leer los papeles que deben estar amarillos en este momento. Políticos, policías…deberían hacer inspecciones y encontrarían a más de uno metido en negocios negros, coimas que derivan en tragedias, etc. El mundo está lleno de animales, algunos más decentes que otros, pero al final todos tenemos un animal adentro. “Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.