Se dice que cuando Dios creó el mundo, para que los hombres prosperasen, decidió concederles dos virtudes:
A los suizos los hizo ordenados y cumplidores de la Ley.
A los ingleses, persistentes y estudiosos.
A los japoneses, trabajadores y pacientes.
A los italianos, alegres y románticos.
A los franceses, cultos y refinados.
Cuando llegó el turno de los argentinos, se volvió hacia el ángel que tomaba nota y le dijo: Los argentinos van a ser inteligentes, buenas personas y Peronistas. Y así se hizo.
Pero cuando acabó de crear el mundo, el ángel le preguntó:
- Señor, a todos los pueblos les diste dos virtudes, pero a los argentinos tres. Esto hará que prevalezcan sobre todos los demás.
-Sabes que tienes razón, mi buen ángel. ¿Y ahora...?Bueno, como las virtudes divinas no se pueden quitar; que los argentinos tengan tres, pero cada argentino no podrá tener mas de dos virtudes a la vez.
-A ver si entiendo... -aventuró el ángel-:
El argentino Peronista y buena persona, no podrá ser inteligente.
El que sea inteligente y Peronista, no podrá ser buena persona.
Y el que sea inteligente y buena persona, no podrá ser Peronista.
-Así sea.
30 de noviembre de 2006
Escrito en: Generales
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 se identificaron:
Publicar un comentario